jueves, 20 de agosto de 2009

buscando el fresco en La Bodega

Una armónica, una guitarra, una batería con lo justito y dos tipos para liquidar casi una veintena de canciones.......suficiente.
No, no es que sea la nota. Particularmente y a tenor de las reacciones y el respeto que la gente volvió a demostrar, creo que obtuvimos algo más en esa reválida en la que se había convertido la cita.
Y eso que me había propuesto tocar sentado por mucho que el terreno invite a lo contrario, pero reconozco que me cuesta volver a ese plano.

Me dijeron que comentaba un amigo de los que me conocen bien, que "Copper convoca a las canciones como si fueran jugadores de un equipo de fútbol", y la verdad es que tiene parte de razón. Incluso para este ´match´ hice rotaciones, que a Pep en su Barca le funciona.
No hay nada como tener banquillo, eso desde luego.
Pero volver a recuperar viejas canciones de anteriores proyectos adaptadas al medio actual y sentir una de las reacciones más positivas de la noche vale más que todos los discos a los que finalmente puedas dar salida.
Aunque sería absurdo no reconocer que estamos encantados de que nuestra música volara un poquito más lejos y pueda aterrizar por Sevilla, Valencia, Argentina o...bueno, no tenemos muy claro si Japón, Corea o la mismísima China.

Las escaleras que conducen a La Bodega del Barbero han sido algo más que unos puntos suspensivos...como para pensarlo dos veces.
Algo más que un clavo ardiendo en una noche de verano al que agarrarse, y en el que poca gente se pararía a pensar eso de que segundas partes nunca fueron buenas.

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