miércoles, 13 de mayo de 2009

Retrovisor


Hay días que resulta imposible no echar la vista atrás.
El retrovisor te ayuda a mantener ese equilibrio para no perder la mirada al frente aunque en determinados momentos, si fijas tus ojos en él puede deslumbrarte.

Sabíamos que iba a llegar, pero llevábamos años con eso y se había convertido en algo parecido al cuento de Pedro y el lobo.
Pero el lobo llegó al final y al menos no lo hizo sin avisar.

Me quedé sentado en el coche, escuchando ese concierto de hace diecisiete años que a modo de homenaje estaba pasando una emisora, y reconocí al instante que era uno de los que había grabado en una de esas casetes que posteriormente escuchaba hasta quedarme dormido en mi viejo walkman.

Por la parte que me toca, por ese ´No me iré mañana´ que supongo son de esos discos que si te llegan a tiempo tienen la capacidad de cambiar y orientar un camino, tuve la sensación de que le debía algo más que unas cuantas escuchas empañadas, y otras tantas palabras de las que ya no dicen demasiado cuando se ha dicho todo, y pensé en irme mañana para dar las gracias y ese último adiós que merecía el maestro.

El sitio de recreo particular de cada uno se encuentra en ocasiones mucho más cerca de lo que imaginamos.

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