miércoles, 27 de enero de 2010

x Haití

No hace falta decir mucho más a estas alturas, después de todo casi cualquier manifestación puede resultar excesiva, redundante...no es lo buscado. Aunque en ocasiones te vienen a buscar a ti y piensas que es mejor así, pero a veces tampoco nos vale para dejarnos en una posición más cómoda.

Empezamos la actuación con la frase que lo resume, "ojalá pudiéramos estar en el local como cualquier viernes y no aquí...", pero cuando no queda posibilidad de dar marcha atrás, ni tienes motivos suficientes para borrarte de algo con lo que siempre es más fácil tender la mano que mirar hacia otro lado, lo mejor es hacerlo a pecho descubierto por más que la temperatura y las condiciones inviten a otra cosa.

La sensación que tenía por momentos era que estábamos obligados a disfrutarlo sin mirar a ningún lado, ni siquiera hacia atrás por el fondo que nos acompañaba, por el lugar en el que estábamos, tan sólo por la gente que daría cualquier cosa por estar en nuestra situación, y claro está, por los que esa noche se acercaron a compartirlo y darnos un poquito de calor con su presencia para contribuir con la causa.

Al terminar, sin que pasaran demasiadas cervezas con las que dar vueltas a esos típicos detalles de ejecución para sacar punta y coger el sueño tarde, tuve una extraña sensación que me llevaba lejos, a una frase que hace mucho tiempo se hizo fuerte tras pasar por una de mis primeras bandas..."hay que salir ahí como si fuera la última noche que vas a poder tocar, a no guardarte nada...".

Sin llegar tan lejos y aunque me gustaría equivocarme, algo me decía que íbamos a tardar en volver a sonar por aquí, pero nunca se sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario