viernes, 30 de diciembre de 2011

Vuelta a empezar


Esta semana que dejamos atrás hemos vuelto a grabar canciones.
Tal vez cualquier momento es bueno para llegar ahí, pero hacerlo a tres días escasos para terminar un año con lo justo que recordar en lo referente a lo musical, me resulta bastante más dulce que cualquiera de los que se consumen en exceso durante estas fechas.
Esas canciones por suerte no tienen la de caducidad aparente, ni tampoco son las que más polvo han acumulado en estos dos o tres últimos años, pero sí las que han acabado ganando un lugar preferente en la parrilla de salida.
Algunas por casualidad o de manera un tanto inesperada, otras simplemente por empuje o por hacer valer su personalidad... y en cualquier caso supongo que todas de forma merecida.
Tal vez la suerte de alguna de sus otras compañeras que de momento no entran en el lote dependa un tanto de las sensaciones que estas nos vayan ofreciendo, pero desde luego, no tengo ni idea de en qué punto va a quedar ese viaje, aunque imagino que será largo, pues es posible que tenga varias paradas obligadas y unos cuantos puertos tratando de evitar otros tantos peajes.

Por otro lado, tampoco sé aún si esas canciones llegarán a formar parte de un nuevo disco, o tal vez de medio... o incluso de algo más sencillo. Hasta podrían acabar quedando colgadas del punto más amable posible de la red (si es que existe) sin pasar un nuevo filtro de edición, aunque no es lo ideal desde luego, y me engañaría a mi mismo si dijera que no pretendo también conseguir por fuera un acabado al menos digno y a la altura de lo que a noche de hoy imagino puede sonar.
Pero por supuesto, el dinero sigue siendo capitán general en estas aventuras. Puede ser la llave o el yugo, aunque por suerte las canciones tienen más poder incluso y en ocasiones intentan sublevarse y ganar terreno para hacerse fuertes cuando parece que todo está perdido.
Puedes hacer un disco con dinero, y unos cuantos desde luego, pero nunca podrás hacer un disco que merezca la pena si no tienes canciones.

Y me parece que en alguna ocasión ya lo comenté, pero como nunca hice canciones para hacer discos, es posible que me falten algunas respuestas. Recuerdo una vez que un músico me dijo que su grupo sólo se juntaba para ese menester creativo cuando la compañía llamaba diciendo que era momento de sacar algo nuevo al mercado, y entonces se encerraban durante apenas un par de meses y de ahí sacaban todo el material.
Aunque creo que no es lo habitual, la verdad es que me pareció bastante triste, pero después, pensándolo detenidamente me di cuenta que también lo es acumular canciones a las que no puedes dar salida, ya que entre otras cosas, en ocasiones tiene cierto sentido agruparlas dentro de un periodo concreto de la misma forma que tu vida se puede resumir en determinadas etapas.
Por otra parte, ahora tampoco tengo intención de volver a hacer algunas cosas de la misma manera que con mi primer largo, entre otras porque es posible que me equivocara de nuevo y además no es sostenible.

Hacer canciones casi como modo de vida tal vez no es lo más aconsejable en algunos casos, o en estos tiempos que corren...
Pero por si alguien más se pregunta para qué demonios quiero empezar de nuevo con esto, o piensa que con todas estas líneas tal vez estoy intentando convencerme de que la botella simplemente sigue medio llena, sólo espero dejar ahí esas canciones de la mejor manera posible, es todo. Si es así, probablemente dormiré más tranquilo, de la misma forma que cualquier persona que puede desarrollar su oficio o intenta resolver el trabajo como Dios manda, sin que suponga un mero trámite o una rutina.
En definitivas cuentas, las canciones tienen su propia voz, y si nos han traído hasta aquí, también es más que probable que sigan marcando el resto del camino.

Que lo veamos aunque tardemos, disfrutemos el trayecto si no es mucho pedir, o al menos, que finalmente puedan escucharse.

2 comentarios:

  1. Comparar tu modo de escribir canciones con el modo en que lo hacen esos de los que hablas es como comparar a un poeta con un churrero.
    Y tu botella, aunque a veces uno mismo no es capaz de verlo, siempre está medio llena.
    Tengo muchas ganas de escuchar esas canciones.
    Y que lo sigamos viendo!
    Un abrazo fuerte

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  2. Gracias Cris, aún así los churros entran la mar de bien a veces eh... la verdad es que yo tampoco pretendía llevarlo a una comparativa, no me gustaría que nadie malentendiera eso, pues cada uno tiene su particular forma de sentir la música o hacer y deshacer con ella, y supongo que casi todas son igual de respetables. Además al que le funciona algo por lo general no intenta cambiarlo.
    Espero de todas formas que podamos ofrecer algún anticipo sonoro, pues esto ya sabes que lleva su tiempo...
    Otro de vuelta para ti!

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