miércoles, 11 de marzo de 2009

Vendetta

Quién dice adiós, quién elije su bandera de un color cuando faltan respuestas...?
En cualquier caso mucho más rojo que blanco, eso siempre.

Hace tiempo decidí que no merece la pena depositar tus ilusiones en manos de terceros.
Ni para una noche, aunque a veces reconozco que resulte cómodo y gratificante.
Efímero casi siempre, en cualquier caso.

Saber esperar¿?
Pues si, tal vez.
Detrás (no de la defensa), a un lado...pero nunca en medio porque corres el riesgo de quedarte con facilidad en fuera de juego.
Las cuentas pendientes no lo serían si consiguieramos saldar de inmediato cada una de las que se nos presentan, si no las dejaramos envejecer un tiempo al igual que esos vinos en las barricas para disfrutar después de todo su aroma y paladar.

Algunos se pasan toda la vida para saldar esas cuentas y ni siquiera lo consiguen.
Otros no tienen que esperar tanto para sacudirse ese peso, para dejar a un lado lo que como un lastre pervive más en la memoria propia que en la colectiva y se entierra de un plumazo casi siempre con hechos antes que con palabras.

Los posteriores brindis con reservas, crianzas o incluso un vino joven es ya lo de menos.
Nos vale hasta una Carlsberg.
De cualquier forma me he vuelto a alegrar por ti chaval.

Hay pocas sensaciones tan gratificantes, como la de tener completa seguridad de que acertaste en mitad de un dilema.

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