viernes, 2 de julio de 2010

Día de la Música



He podido celebrar el Día de la Música supongo que de la mejor forma.
No quiero decir la única, pues también podría haberlo hecho entre las cuatro paredes de mi habitación, en un parque solitario, en el local de ensayo o bajo la ducha, aunque esa opción la verdad es que no suele darse. (Me refiero a cantar ahí).
Pero por lo que de compartir con la gente tiene cualquier tipo de celebración, supongo que hacerlo sobre un escenario siempre supone algo extra.

En realidad tal vez me lo había ganado por ese tipo de situaciones que sin buscarlas, se dan cuando haces algo simplemente por eso que llaman el "Love to Art" o amor al arte...(acciones demasiado habituales por otra parte).
Una noche de invierno cualquiera, de esas que no apetece salir de casa te plantas en una sesión de micro abierto de un bar que no frecuentas habitualmente por la ciudad, y te haces un par de canciones que llaman la atención de un par de tipos, que a los seis meses como por arte de magia se acuerdan de que existes y te llaman para invitarte a que te largues a su territorio para compartir con ellos esa Fiesta de la Música.
Conclusion: hay que tocar, aunque la mayoria de las veces te lo pongan la mar de difícil.

Allí nos hemos cruzado con otros que casi lo han conseguido, o sin casi, o que al menos hacen una celebración más que habitual con esas agendas que son la envidia sana de cualquier músico con el estuche a punto de coleccionar telarañas.
Unos días más tarde, a la par que nuestra ciudad se rendía embobada a los pies de Sabina, pudimos comprobar su buen hacer abriendo para Chris Isaak en Madrid, en lo que supuso otra autentica vía de escape con parada y fonda musical.

Esperemos que estas se sucedan y nos sigan pillando por medio.

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