viernes, 31 de julio de 2009

Al norte del norte


dicen que los sueños crecen libres en esta ciudad
dicen que las noches son más cortas al lado del mar
me contaron que oyeron tu voz
empapada entre arena y sal
dicen que las carreteras son como una puerta
abierta para escapar

y tu, te has quedado a este lado sin miedo al dolor
esperando de espaldas al sol
es más fácil dejarse llevar
no me creo que seas tan fuerte
para esperar sola a que cambie la suerte
sin nada que hablar...


Tenía más de 600 fotos para elegir, probablemente mejores que esta también pero no era cuestión de estar haciendo una selección para la ocasión así que me he decidido a coger la primera sin más.
Ahora tengo claro que ha sido una gran idea volver a subir, aunque sólo fuera para repetir allí un par de noches.
Que al lado del quicio de la ventana reposara esta vez una guitarra era lo de menos, y que la acabara sacando de su estuche o no también.
Era la sensación de disfrutar esa vista con los cinco sentidos y al 100% lo que me daba el momento de llenazo tan gratificante, con independencia de ese clima que es capaz de cambiar el humor a muchos y a mi personalmente me da la vida. Aunque la fotografía que encabeza sea bien distinta a la que chorreo por mis diferencias con los paraguas, unos días después al lado de Castelao y sus compis en una pequeña placita pontevedresa...

viernes, 17 de julio de 2009

Vuelva usted mañana

Si, con esa frase típica que se hizo cuña dentro de los organismos más y menos oficiales hace ya unas cuantas décadas, o como el tipo del anuncio de las barritas All Bran al que le falta la foto del carnet, me he quedado esta tarde en mi primera intentona con fin promocional.

No imaginaba en cualquier caso la misión imposible que supone superar determinados filtros sin una acreditación, cita previa o toma de contacto con el destinatario en cuestión para recibir el ok.
Sobre todo teniendo en cuenta que no vienes de ninguna productora, editorial ni sello discográfico al uso y sólo eres un tipo que se ha producido y editado su disco de la forma más digna posible pero teniendo claro, que aparecer por determinadas frecuencias no va a ser tan fácil.
Así que resignado, he vuelto a cerrar la hebilla de mi atestado zurrón de cartero con todos esos sobres y sus hojas de promo cuidadosamente ubicadas, esfuerzo baldío de las últimas madrugadas, sin que llegaran a asomar la cabeza por la cinta del scaner.

El día que una de mis canciones suene por las ondas no me lo voy a creer, pero en cualquier caso tengo que reconocer que lejos de tirarme por tierra me alimentan este tipo de situaciones.

Y con la necesidad de soltar algo de lastre para que el camino de vuelta no se hiciera tan pesado, hemos vuelto a caer por el estudio para dejar a Dany sus copias y respirar ese ambiente entre peceras, renovado en parte por ese mueble que se ha marcado Bravo, que confirma su arte con las maderas más allá del conocido con las baquetas.
Hay que volver por allí, pero sin prisas en la medida de lo posible, a trabajar desde abajo, a vestir todas las canciones por los pies.

El último guiño como no podía ser de otra forma ha sido para esa Rick que sigue esperando a que pueda o me decida a dar el paso.
Tengo la sensación de que la gustaría jugar conmigo y que nos vamos a entender bien, así que espero no se adelante algun tipo y pague la cláusula en plan club sobrado de los que tanto se habla durante la época estival, para dejarme mirando y con cara de poker.

viernes, 3 de julio de 2009

La intensidad contenida

Pura intensidad.

Supongo que eran las palabras.


Pero se alejaron, se caducaron y se perdieron definitivamente tal vez por dejar la dictadura de las formas a un lado, por olvidar que las líneas de un pentagrama a modo de medianas, arcenes o rayas contínuas, delimitan en ocasiones el espacio de manera insuperable por alguna razón que no es el mero capricho, y si las pisas o incluso rebasas para quedarte parado, ya sea en doble fila, entre los márgenes que limitan las zonas transitables o tirando por libre campo a través para acortar la distancia, tienes muchas posibilidades de acabar dando vueltas de campana y estrellándote sin posibilidad de recuperar lo que se había generado.


Pura intensidad, si, eran las palabras.

Y ahora todas las demás probablemente sobran.